21 de agosto, 2017: Últimas campanadas del Big Ben
En medio de un silencio sepulcral, tan sólo roto por los autobuses de dos plantas que recorren el corazón de Londres, el Big Ben se despidió de la ciudad con un último tañido que acompañó los aplausos y vítores de los miles de turistas que se hallaban congregados. Sus campanas no volverán a repicar en cuatro años pero el acto, más simbólico que práctico, ya ha dividido a la política británica. «No puede ser bueno para el reloj», aseguró una comedida primera ministra, Theresa May, a la vuelta de sus vacaciones la semana pasada.
Adiós, pero no será para siempre:
El famoso reloj pasará por cuatro años de mantenimiento y reforma, después de los cuales, volverá con nosotros.
Goodbye to Big Ben’s bongs!
Bong, bong, bong, bong, bong, bong, bong, bong, bong, bong, bong, it’s over for now.
Nota: Mientras dure el proceso, una de las caras del reloj seguirá manteniendo la hora correcta gracias a un motor eléctrico que suplirá al histórico mecanismo, que será desmontado y actualizado pieza a pieza.